Negocio y bodegas

El Vino como Producto y hallazgo.

Hace tiempo que le doy vueltas a la idea y con ello al modelo de negocio que hace del vino un producto tan especial. En la actualidad el placer que nos provee la cata de un vino es el sumatorio de:

• Las sensaciones de la ocasión
  No nos engañemos, es importante degustar un vino en un ambiente adecuado (entorno, compañía, momento del día, acompañamiento gastronómico, estado anímico...)


• La peculiaridad del vino:
  Por datos cuantificables: Número de botellas producidas, región, añada y todos esos pequeños detalles-guía en los que nos fijamos
  Por datos cualitativos: Si hemos visitado la bodega, si nos lo han recomendado, la configuración de nuestras papilas gustativas, etc


• Su verdadero contenido: acidez, densidad, taninos, levaduras (si procede), esos detalles técnicos.

Actualmente hay mucha gente capacitada para elaborar vinos y con el suficiente amor para hacer grandes productos y peculiares. Pero, en un mundo ferozmente capitalista, ¿Cuál debe ser su modelo de negocio y asegurar la pervivencia de la bodega?

El turismo y el marketing son una solución a estos negocios que no pueden sostenerse por la producción de millones de botellas ni grandes distribuidores. También son una solución para los que sí pueden y por eso lo hacen.

Sin ir más lejos, Bodegas Codorniu: La visita es una atracción turística de primer orden y la web, guste más o menos, es una apuesta por la presencia en internet (1ª posición en google).

En Argentina se ha hecho un estudio donde se afirma que el 16% de las bodegas trabaja el turismo vitivinícola.

Si miramos los datos en las Illes Balears el porcentaje es mucho mayor (salvando las diferencias, por favor)

Aunque queda camino por andar...
afortunadamente la viña superó la filoxera